La Guerra de las Mil Lágrimas

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En el año 120 de la Tercera Era, cuando Naggrung estaba en su máximo apogeo, cuando la Reina Mirandae traia su primer hijo al mundo a la edad de 21 años, el Infierno se desplomó de pronto sobre el corazón de la isla.

Una clara noche de verano, unos seres del caos aparecen en el cielo rasgando las nubes y los corazones de Naggrung con sus negras alas. Así empieza la Guerra de las Mil Lágrimas, como se la ha llamado desde entonces. Las primeras semanas fueron devastadoras. Los pacíficos habitantes de Naggrung nunca habían vivido una guerra y no sabían como actuar ni como defenderse. Miles cayeron entonces. Sólo una tercera parte de la población aguantó la primera embestida y consigue reorganizarse para la defensa.

El ataque pilló por sorpresa a todos y las fuerzas estaban totalmente dispersas. La ciudad enana del sudoeste de la isla, exacavada en la Cordillera Sur, se derrumbó y sus tuneles exteriores quemados con fuegos malditos. Todo ardió desde la entrada hasta el corazón de la ciudad. Nadie se salvó de los que estaban dentro de la fortaleza organizando la defensa.

El bosque del norte de la isla, la morada de los elfos, ardió durante semanas. La magia elfa nada pudo contra los fuegos demoniacos que surgían del cielo y de la tierra. Unos cuantos huyeron hacia el norte, al mar. Sólo ellos se salvaron. Sin embargo, fue éste el único hecho que consiguió despertar de su letargo al gran Izgraull momentáneamente. Furioso, convirtió el bosque en cristal puro, transmutando a los habitantes en esculturas vivas, y creando a su vez una de las mas peligrosas y a su vez hermosas zonas de Eirea. El Bosque de Cristal. Después de eso, volvió a su sopor.

Al este, en la Montaña Solitaria, los clerigos de dioses extinguidos no eran rivales para los demonios de Seldar. Con su muerte se acabó posiblemente el último reducto de culto a los antiguos dioses que quedaba en Eirea. La lujosa ciudad de Bhenin fue destruida por completo junto con su famoso puerto, cortando así todo contacto y posible huida hacia Dalaensar. Bhenin pasó a ser en escasas semanas la mayor fosa común de toda la isla desde que se tiene memoria. Debido a su gran afluencia de gente y la rapidez, además de lo inesperado del demoníaco ataque, la ciudad le dio a los acólitos de Seldar sus dos primeros triunfos: la imposibilidad para huir, y un gran número de bajas en un corto periodo de tiempo.

La ciudad de Rekins'thar es el único caso de secuestro que se conoce en toda la invasión. Cuando pasó el tiempo y los supervivientes llegaron encontraron los cultivos que la rodeaban convertidos en páramos desolados y la ciudad sembrada de cadáveres chamuscados , pero todos adultos. No se encontró un solo niño entre las victimas. Solo Seldar sabe para que se llevaron los demonios a los niños. Al sur resistía el Reino de Delkos y la maravillosa ciudad magica de Khiriss; y, en el centro, el Palacio de Agnur III se alzaba como el único lugar seguro en ese momento, y es allí donde acudieron los supervivientes de cada región.

El Rey pidió ayuda a Delkos y a Komrud, el regente del cónclave de Khiriss. La respuesta no se hizo esperar. Komrud envió sus mas sinceras disculpas pero Khiriss se encontraba sitiada y en grave peligro y ningun hombre con fuerzas para defender la ciudad podía abandonarla. El Reino de Delkos envió un solo hombre, a su Rey. Delkos explicó que su reino estaba mortalmente herido y que prefería morir defendiendo el palacio que unas aldeas barbaras junto al mar.

Asi pues, Delkos juró lealtad a Agnur III y en poco tiempo se ganó su confianza. El Rey, necesitado de aliados y ciertamente convencido de la lealtad de Delkos lo nombró General de sus Ejercitos en poco tiempo. El Salvador que en todo momento había permanecido junto al Rey, le anunció que su tiempo en la isla había terminado y que debía marcharse. Pero antes de irse hizo al Rey esta advertencia: "Cuidate de en los que mas confias, pues de ellos vendrá el daño más inesperado". Pero con la agitación de la guerra, Agnur III olvidó estas palabras y esa fue su perdición. Durante meses el castillo fue defendido con sangre, sudor y lágrimas. Y la guerra parecia que nunca llegaría a su fin. Nadie se destacaba como posible vencedor.

El Reino de Delkos fue arrasado y sus supervivientes se refugiaron en las cuevas de la Cordillera Sur, donde encontraron a los unicos enanos que aún quedaban vivos en la isla, y allí se escondieron juntos durante años.

Y llegó el dia en que el destino de Naggrung quedaría sellado para siempre. Porque una noche clara de luna llena, hermana de la que vió al primer ser alado surcar los cielos en la isla, el mas grande de los Demonios conocidos apareció surcando las nubes.

La batalla se paralizó bruscamente y una risa de triunfo recorrió las entrañas de la tierra. Los corazones de los hombres se hundieron y ya lo lucharon mas. Poco a poco, una tras otra las puertas de la ciudad fueron cayendo ante el avance sin tregua del Lugarteniente de Seldar, el Demonio Anacram. Y en cada puerta, Delkos luchaba e instigaba valor en sus hombres. Pero uno tras otro sus hombre iban cayendo. Y cada vez habia menos puertas, y menos hombres.

Y sucedió que cuando Delkos cruzó la ultima puerta y la atrancó ya no habia mas soldado junto a el, pues había llegado a la cámara del Rey, donde solo se encontraban Agnur III, Mirandae y su bebé recien nacido.

- Ya no hay mas puertas Delkos - dijo Agnur III.

- Pues entonces aquí es donde todos moriremos.
Un golpé sordo atronó en la puerta.
- Sólo quedais vosotros. - rió la demoniaca voz de Anacram. - Mi querido Rey Agnur, tu Reino está destruido. La voluntad de Seldar se hace siempre.

- ¡Rápido! - era Mirandae quien hablaba. - Tengo una idea, venid aquí, ¡creo que aun nos queda una posibilidad!

La Reina explicó su plan a los dos hombres. Delkos se colocaría frente a la puerta y Agnur III junto a la pared, escondido. Anacram entraría y se lanzaría contra Delkos, en ese momento Agnur III saltaría sobre él inmovilizándolo por la espalda y Mirandae le clavaría su puñal al demonio en la garganta, un puñal que estaba imbuido de magia blanca y ni tan siquiera el fuego del infierno podia derretirlo.

Era un plan desesperado, pero ya no les quedaba mas por hacer. Asi que lo dispusieron todo y aguardaron. Anacram se recreaba en su victoria dejando sufrir a los que ahora eran prisioneros en su propio castillo. Nada ocurría. El silencio mas absoluto se hizo en la sala y nada se oia fuera. Los minutos pasaban, los nervios se crispaban y las dudas estallaban. ¿Se habrían marchado los demonios? ¿Porqué no entraba Anacram y los arrasaba? Pero el Demonio no se hizo esperar mucho tiempo. De improvisto la cerradura estalló, la puerta se abrió de golpe y Anacram entró como un torbellino en la habitación, derecho hacia Delkos. Surgiendo de las sombras Agnur III cayó sobre él tomándolo totalmente por sorpresa. Delkos soltó su espada y agarró los brazos del Demonio mientras Agnur IIIlo sujetaba por la espalda.

Pero el amor a un hijo es un impulso ciego para una madre. Mirandae en lugar de correr hacia Anacram, cogió a su hijo de tres años en brazos y huyó hacia la puerta, la cruzó, la cerró e incrustó la hoja de su puñal entre la puerta y el marco, sellando mágicamente la habitación. La traición de Mirandae rompió el corazón de Agnur III, que, abatido, cayó al suelo herido de muerte en el alma y recordando de pronto las palabras de El Salvador. Delkos recogió su espada y defendió él solo a su Rey contra Anacram. La lucha fue breve, Delkos combatió como un valiente, y murió como un héroe.

La Reina corría todo lo que podía para escapar hacia el bosque, pero el castillo estaba poblado de demonios y aunque Mirandae conocía sus pasadizos y rincones ocultos no pudo llegar muy lejos. La apresaron y le arrancaron al niño de las manos. Su traición fue en vano y la vergüenza fue el último sentimiento que reinó en su alma, mientras una voz ronca y que era como el bramar del océano surgia de la torre del castillo proclamando:

- Ya es tuya mi Señor.

Pero Anacram se equivocaba, pues Naggrung no estaba vencida del todo. Khiriss, la ciudad magica se mantenia en pie.

Durante 4 años el asedio a la ciudad fue total. Nada salia de ella ni nada entraba. Pero la magia de Khiriss era muy poderosa y los demonios no conseguían nada salvo mantener a los magos encerrados en ella.

En el año 125 Anacram se presento en persona ante las puertas de la ciudad como hiciera 5 años antes ante el palacio ahora destruido de Agnur III y desafió al mas poderoso de los magos de Khiriss a un combate singular por la posesión de la ciudad. Y allí plantado esperó dos dias y dos noches. Y al alba del tercer dia Komrud salió al encuentro del demonio.

La lucha duró varios dias, durante los cuales los alrededores de la ciudad quedaron arrasados por el fabuloso choque de poderes. Una gigantesca grieta se abrió en la tierra tan cerca de la ciudad que ahora Khiriss pendia de un abismo insondable. Finalmente Anacram venció al mago, pues aunque poderoso seguía siendo un mortal. Sin embargo el demonio quedó muy gravemente herido y totalmente agotado. Asi que Anacram abandonó Naggrung y se retiró al plano inmortal a descansar y curarse las heridas y el ego. El resto de demonios, temerosos del poder inmenso de Khiriss decidieron fundir la piedra que sustentaba la ciudad en un intento de enviarla al fondo de la grieta que se había formado, pero gracias a las protecciones magicas la ciudad descendió lentamente y se posó en el fondo de la grieta donde los demonios no tenian forma de atacarla, y pasando esta a ser conocida como La Grieta del Duelo.

Así los seres del infierno dieron de lado a Khiriss, quedando esta abandonada en el fondo del la dicha grieta donde permanece hasta nuestros dias.

Por esa época también, un grupo de demonios perseguían hacia el norte a una expedición humana. Llegando a los acantilados, el Roc equilibró la balanza llevándose a la mitad de los demonios cuando éstos estaban a punto de rodear al grupo. Con ello empezó una cruenta batalla que duró días. No sin despertar cierto interes por los elfos de los acantilados, que al oir el ruido de lucha se prestaron para ayudar a quien fuera contra los demonios.

Cual sería su sorpresa a encontrar un sólo hombre enfrentándose a dos demonios en medio de un terreno baldío lleno de cadaveres de ambos campos. Con presteza, ayudaron al humano, el cual estaba muy malherido, y acabaron con el resto de los demonios.

El joven, a pesar de las reticencias del lider de los elfos, Yowyn fue aceptado en el pueblo como uno más gracias al cariño que la hija del lider le profesaba y al cuidado con que lo atendió después de la cruenta batalla.. Se le dio el nombre de Jinng ya que después de su recuperación no volvio a pronunciar palabra alguna durante un largo periodo de tiempo.

Jinng creció y llego a ser uno de los mayores guerreros dentro de la guardia del pueblo, pero debido a ciertas diferencias con Yowyn se vio obligado a abandonar la ciudad, junto con la unica persona que le apoyo y se puso de su parte: Shirmale, hija del lider. Ademas aún se mantiene el enigma de que, por alguna extraña razón, una vez que Jinng alcanzo los veinte años, estos seguían pasando.. pero parece que por el no.

La guerra terminó aquí, con el centro de la isla conquistado por las tropas de Seldar, unos paramos malditos alrededor, y varias ciudades agolpadas en sus extremos en modo de contención. Tanto Khiriss, como Andlief, como la nueva fundada Keel, que repelieron constantemente desde entonces el avance de Seldar en Naggrung.


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