Enano

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Enano
Subrazas Colinas, Montañas e Imberbes
Idiomas Khadum (100%)
Tamaño 3
Armadura natural 0
Penalizador de XP 750
Resistencia mágica 0%
Edad inicial 40
Edad anciana 121
Rango de visión -5 a 120


Los enanos son una noble raza que, en el pasado, erigió un gran imperio subterráneo cuyos pasillos se extendían por toda la suboscuridad. Su legado dorado llegó a su fin cuando el cataclismo de la segunda Era dejó a todas sus fortalezas incomunicadas, obligándoles a retirarse a los últimos de sus bastiones que todavía no han sucumbido a los peligros de la suboscuridad: aquellos que están más aislados y cercanos a la superficie.

Descripción

Los enanos son fornidos, musculosos, duros, cascarrabias, testarudos e inamovibles, cualidades que hacen que sean comparados con las piedras y gemas que tanto les gusta trabajar. Tienen mejillas sonrosadas y ojos brillantes, con piel morena o de un pardo aclarado. Su pelo acostumbra a ser negro, gris o castaño y en menor medida, rojizo.

Tienen una gran estima por la cerveza, la tradición y por sus barbas, las cuales son importantes símbolos de estatus en su sociedad y son objeto de grandes cuidados. No es raro que las mujeres enanas también tengan barba, si bien esta no suele ser tan tupida.

Son gente tenaz y de gran coraje; tan fácil es hacerles cambiar de opinión como conseguir que una piedra reconozca un error. Son grandes amigos de aquellos que les respetan y su odio acérrimo hacia aquellos que les traen desventuras o infortunios es tan intenso que hasta los dioses lo temen.

Historia

Primera Era

Los enanos fueron creados por Oneex cuando Lummen y Gestur trabajaban en la creación de la fauna y la flora.

El propósito de Onex era el de crear unos seres que fueran capaces de adorarle y reconocer el gran esfuerzo que realizó, como forjador de mundos al crear Eirea.

Así, creó una serie de humanoides de la piedra y les dotó de su carácter tosco, insuflándoles parte de su propio espíritu para conferirles la vida. Así nació la raza de los enanos, que pronto se esconderían en las cavernas naturales de las montañas. Oneex les enseñó el arte del trabajo de la piedra y del metal, pues la parte del espíritu de su creador que contenían, rápidamente les hizo demostrar gran interés y habilidad por los mismos temas que su creador.

Durante esta época los enanos tuvieron una época dorada de prosperidad. Cavaron las entrañas del mundo, creando un montón de fortalezas subterráneas en sus entrañas que dieron lugar a un sinfín de clanes enanos que comerciaban entre sí gracias a las largas carreteras doradas que unían sus ciudades. En ésta época se inventaron grandes artefactos y automátas, así como deidades menores que nacieron de la pura voluntad y adoración de los enanos.

Guerra de los dioses

Durante la guerra de los dioses Oneex se desentendió de sus hijos, quienes ya adoraban más a sus artes y a las propias entrañas de la piedra que a su propio padre.

Cuando la guerra de los dioses estalló, los enanos se refugiaron bajo tierra y apenas sufrieron los estragos de la batalla de los dioses. No obstante, Lloth se aprovechó de que el resto de dioses estaban enfrascados en una batalla abierta y tentó a un grupo de Enanos, llevándoselos consigo a la suboscuridad y creando así los antecesores de los Duergar.

Durante esta época los enanos desarrollaron una profunda animadversión contra la magia, la que consideraban una fuerza inestable que había sembrado la discordia en el panteón de los dioses. En esta época los enanos resistieron buena parte de la maldición de los años, si bien sus efectos aún se hacían patentes en algunos casos.

Segunda Era

Durante la segunda Era los enanos de la suboscuridad comenzaron a batallar contra la constante presión de los peligros de su mundo, los drow, duergar, azotamentes y otras criaturas les atacaban por todos los flancos, haciendo que la época de prosperidad de su imperio comenzase su lento apogeo. Las fortalezas bajo tierra apenas podían defenderse, haciendo que los clanes que las gobernasen se hiciesen más y más aislacionistas al no poder abandonar sus tierras para ayudar al resto del imperio.

Los enanos de Kheleb tuvieron la suerte de no sufrir tantos ataques, pues su proximidad a la superficie era suficiente para ahuyentar a la mayoría de peligros de la suboscuridad. En su lugar, se involucraron con las intrigas de los Reinos, pues no tardaron en recibir diplomáticos humanos que culminaron en formar alianzas con el resto de los Reinos, lo que a su vez inculcó a los enanos en la fe de Gestur y Lummen.

Cataclismo

Durante el cataclismo el imperio enano sufrió tales catástrofes que su pueblo pronto pasó a luchar contra la extinción.

Primeramente, parte de las fuerzas de Kheleb Dum fueron enviadas por el rey Durin para apoyar al destacamento de ejércitos del bien que decidieron asediar al ejército de Dendara. Esto causó que Kheleb-Dum tuviese que reforzar sus defensas para evitar posible ataque oportunistas de los ejércitos del bien. Además, Durin cumplió con sus juramentos y envió parte de su guardia de honor para acompañar a los Dieciocho de Celiath, que se disponían a buscar una solución para los problemas causados por el cataclismo.

Sin embargo, lo peor aún estaba por venir. Pronto comenzaron a llegar mensajes de sus aliados Gnomos, los cuales estaban siendo masacrados por Drakull, quien después de destruír la MontañaDeVapor se decidió a atacar Kheleb Dum.

Durin, harto de esconderse parapetado bajo las muralles de Kheleb, abrió las puertas a sus aliados enanos y dirigió todo su poder militar contra el ejército de muertos-vivientes al servicio del vampiro. Dicho combate llegó a su cenit cuando Durin y Drakull cruzaron armas, conflicto que terminó con la muerte del rey enano y un Drakull malherido por una Daga de Durin que le drenaba las fuerzas y le obligó a retirarse, no sin antes humillar el cadaver del monarca al arrancarse sus barbas. Semejante afrenta es, aún a día de hoy, la más grave que los enanos jamás sufrieron y ésta aún es causa de resquemor y malestar entre todos los miembros de la raza.

En la suboscuridad, los enemigos atacaban a las fortalezas desde todas las direcciones, pues el despertar de Kherod-D'hin había desequilibrado la balanza de poder de suboscuridad, causando que los drow se retirasen y dejasen el campo libre para que los Ilícidos atacasen con toda su fuerza a las fortalezas enanas, de las cuales obtenían esclavos enanos con las que atacar más de sus fortalezas. Para añadir injuria, los constantes terremotos cerraron la mayoría de caminos que comunicaban los distintos bastiones enanos, haciendo que el otrora gran Imperio fuese destruído en apenas unas horas, dejando a todos los clanes incomunicados.

Tercera Era

En la tercera Era los enanos tuvieron que comenzar a reformar su sociedad. Darin, hijo de Durin, se alzó con el pueblo y decidió dar cobijo a los humanos que huían de la desolación del cataclismo. Esto ayudó a que en un futuro se fundase Kattak y la Alianza de Darin, en un intento por refortalezer el ejército enano que se había diezmado durante el cataclismo.

Es en esta época que los enanos aceptaron a Eralie como su dios, olvidando cualquier vestigio de sus creencias pasadas, y se embarcaron en la cruzada contra las huestes de Seldar.

Cuarta era Era

Sociedad

Atributos raciales

Fuerza Destreza Constitución Inteligencia Sabiduría Carisma
+1 -1 +2 0 0 -1

Poderes innatos

Habilidades

Bonificaciones

Apuntar Cantar Conocimiento Cruzar_nieve Disfrazarse Escalar Esconderse Forjar Forzar Nadar Picar Robar Ruidos Sigilar Talar Trampas
-30 -40 +80 0 -100 -60 -50 +200 +20 -25 +50 -40 0 -50 -5 +30

Salvaciones

agilidad aliento artefacto conjuro enfermedad fuerza horror mental muerte paralizacion petrificacion proteccion veneno
-20 0 0 +15 0 0 0 0 0 0 0 0 +15

Roles

Religiones

Ciudadanías

Clases