Shagrat
Shagrat el Orco, Señor del Mal, llamados por muchos Gornaug, Horror de los Enanos, fue un Orco de la Primera Era. Según la leyenda, fue enviado al mundo por el gran Astaroth para expandir su palabra de terror y odio.
Las leyendas de la Primera Era relatan la historia de un gran guerrero y un hombre de fe que luchó y vivió al servicio de Lummen. Era tal su entrega, que llegó a ser considerado uno de los más grandes devotos de su Dios, superando incluso al Gran Marciak. Por su intensa devoción a su Dios, relatan las leyendas que este hombre intentó destruir todo Mal del mundo, librando grandes batallas contra las razas malignas. Pese a su carácter impulsivo, dirigido siempre por su fe ciega en Lummen, que le llevaba a implicarse en batallas imposibles, pronto alcanzó fama por grandes victorias que le hicieron famoso a lo largo de todo el continente de Dalaensar. Su reconocimiento llegó a niveles tan altos, incluso entre sus enemigos, que muchas batallas llegaron a decantarse de su lado tan sólo con infundir el rumor de que él se encontraba en el ejército enemigo.
Largos años de batallas llegaron a someter casi todos los reinos malignos bajo su yugo, que llegaron a temer por su existencia. Pero un reino se le resistía; una plaza quedaba en pie, sin inmutarse ante su poder: Golthur. Y en ese lugar es dónde tuvo que encontrar su muerte. No obstante, su muerte levantó júbilo entre sus enemigos y no menos controversia entre sus allegados, por las extrañas consecuencias que la rodearon. Según cuentan los que sobrevivieron a la batalla de Golthur, una gran sombra cayó sobre el ejército que atacaba la fortalenza Negra y el propio Dios del Mal apareció con una horda de criaturas del extramundo para defender su más preciada joya.
Cuando Lummen oyó la llamada de su siervo, fue presto en su ayuda, pero cuando apareció en la batalla, una horda de demonios se avalanzaron sobre él, mientras veía, impotente, como Astaroth se llevaba el alma de su más ferviente seguidor allí dónde estuviera su morada. Astaroth le condenó para toda la eternidad y fue esclavizado al servicio del Mal. Olvidó toda su vida anterior, su fe y su causa y pasó a defender una nueva vida. Un día, los sabios proclamaron el nacimiento de Gornaug. Un gran orco nació aquel día, en las Ephel-Duath, a la sombra del gran Orodruin, criado para la guerra. Se cuenta que ese orco fue uno de los grandes capitanes de su reino hasta que sus propios señores cayeron ante él.
La leyenda cuenta que al entrar en lucha vestía siempre ropas negras que dejaban al descubierto su pecho, en el que lucía una gran marca de nacimiento: el símbolo de Astaroth. Shagrat sólo tenía un pensamiento en vida, inculcado por su nuevo Señor: destruir el Bien del mundo y a su Dios Lummen.