Arma Personal
El soldado es la clase más diestra en el campo de batalla, y más ducha en lo que a manejo de armas se refiere. Pese a que son capaces de dominar un campo muy amplio de tipos básicos de arma, los soldados pueden dedicar sangre y sudor a la forja y progreso de un arma única: su arma personal.
Descripción
El arma personal no es sino una prolongación más del brazo del soldado: ella le acompaña en sus aventuras, y él ha de protegerla y cuidarla como si en ello fuera su vida -y en más de una situación, la afirmación será cierta-. Si el soldado pierde el arma, deberá sufrir las consecuencias de tener que recuperarla. En ningún caso serán positivas.
Obtención y mejoras
Un soldado puede obtener su arma personal acudiendo a forjas especiales que él mismo deberá encontrar, y allí deberá seguir las instrucciones del maestro de forjas, que le indicará los pasos a seguir y las opciones de las que, dada su condición de soldado, dispone. La más importante, quizá, es la que permite mejorar las condiciones del arma. A saber:
- Daño máximo: La capacidad del arma de infrigir una cantidad de daño mayor cuando el soldado haya sabido sacar partido a toda la capacidad de su ataque.
- Daño mínimo: Indica la calidad de la respuesta del arma en aquellas situaciones en las que el soldado no haya sido capaz de aprovechar al máximo su eficacia.
- Fiabilidad: Un arma es más fiable cuanto mayor es la media de ataques en los que el daño causado supera las expectativas normales.
- Resistencia: Indica la durabilidad del arma. Cuanto más resistente sea, mayor será el desgaste al que pueda verse sometida antes de romperse.
- Manejabilidad: Un arma manejable favorece cualquier tipo de maniobra ofensiva del soldado.
- Velocidad: Un arma veloz permite al soldado manejarse con mayor soltura en mitad de un combate.
- Encantamiento: Un arma encantada aumenta su poder en todas y cada una de las características ya enumeradas, amén de otorgar otras muchas ventajas que el soldado deberá descubrir.
Así pues, todas estas condiciones del arma pueden ser mejoradas, siempre que la experiencia y el capital del soldado lo permitan, a lo largo de varios niveles -cuyo máximo varía según el tipo de característica-.
Pero más allá de todo lo aquí escrito, se mueven intereses divinos que harán de las armas personales auténticas reliquias de arte de la guerra. Pero esto ya no pertenece al mundo de los soldados, sino al de los héroes.
Para ver un resumen de las características de su arma, el soldado sólo tiene que utilizar el comando personal.
