Diferencia entre revisiones de «Ryland»
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Revisión del 15:44 21 jul 2008
Sumario
Infancia
Era una noche muy tranquila, cuando Roland ya con más de 47 años estaba pescando muy cerca del puerto de Aldara, a esas horas, es cuando más le apetecía pescar ya que podía disfrutar del sonido del mar y la brisa fresca que solía soplar del norte. Esa noche era como otra normal hasta que algo sacudió la tranquilidad de la noche, Roland vio a lo lejos un haz de luz que durante unos segundos surgió como de dentro del mar a varios metros de su balsa. Roland tan sorprendido como curioso, se armo de valor y guió la pequeña embarcación hacia la dirección donde había aparecido la luz.
Al llegar a la zona, la brillante luz de la luna llena, permitió ver a Roland una cesta de mimbre. Este, sin temor alguno, alzo la cesta y cuando la iba a meter en la embarcación se dio cuenta que dentro había un niño de muy pocos meses, Roland ahora si, sorprendido y asustado, miro hacia todas las direcciones sin encontrar nada que pudiera ayudarle a descifrar de donde había salido esa cesta. Sabiendo como era la gente de Aldara con este tipo de cosas, simuló que ese cesto contenía la pesca de la noche y se dirigió rápidamente a su casa, donde Rynaia, su mujer, estaría esperándolo. Cuando llego a casa, le explico lo sucedido a su mujer y dado la extrañeza de ese encuentro decidieron inventar una historia sobre el niño, dirían a todo el mundo que era hijo de una prima recién fallecida y que ellos eran la única familia que le quedaba. Roland y Rynaia eran originarios de Takome, pero debido a la gran afición de Roland por el mar, cuando se casaron se fueron a vivir a Aldara, ciudad portuaria del reino de Takome. Durante años intentaron tener hijos, pero todos los intentos fueron fallidos hasta que ya se dieron por derrotados. Ahora, casi 25 años desde que se casaron, parecía que Eralie había escuchado sus plegarias y se les había concedido su deseo, tener un hijo. Le pusieron de nombre Ryland.
Si curioso fue el hallazgo del niño, mas curioso fue ver junto con el niño, dentro del cesto, una espada muy vieja partida en dos, un medallón con extraños grabados y envolviéndolo todo una sucia capa de color rojo. Como no sabían que hacer con esas cosas, las guardaron todas juntas en un viejo arcon de madera que usaba Rynaia para guardar los utensilios de costurera.
La mentira que inventaron, fue creída por todos los vecinos y amigos de la familia, Rynaia era la mujer más feliz del mundo y Roland era un padre orgulloso. Como no sabían que día había nacido, desde el primer día marcaron la fecha del encuentro de Roland y la cesta como el día de nacimiento de Ryland, es decir el 10 de Angthe del 234 de la Tercera Era.
Pasaron los años y el niño crecía muy bien, era bastante alto para su edad. El día del quinto cumpleaños de Ryland, Roland su padre, decidió llevarlo a navegar en su pequeña balsa de pesca. Ese día sería el segundo de Ryland a bordo de una embarcación, el primero fue cuando Roland lo subió a su balsa cinco años atrás. La balsa era la misma, era una simple balsa de pesca con la cual Roland conseguía una valiosa carga de pescado para vender luego en el puerto.
Ese día, era un día soleado y tranquilo, Ryland junto a su padre, lo estaba pasando muy bien cuando de repente, un fuerte viento empezó a soplar por el sur. Ryland asustado se agarro al bote, pero un fuerte golpe de mar, hizo que Ryland cayera al mar. Roland, al momento, lo busco con la mirada y al no verlo, se tiro de cabeza al mar para ir su busca...
Pasaron unos minutos y Roland apareció con su hijo en brazos, Ryland estaba inconsciente. Con gran pericia Roland pude reanimar a su hijo rápidamente, Ryland estaba desorientado y cansado, así que se durmió.
Ryland soñó con su caída al mar, mientras caía al fondo del mar, mientras luchaba por volver a la superficie y se ahogaba al no tener oxigeno... lo último que recuerda es que vio una imagen de dos serpientes guardando un portal. Pero él estaba lejos, muy lejos, y no podía acercarse.
Cuando despertó, estaba ya en casa con su madre al lado. Ese día Ryland aprendió que el mar puede ser muy traicionero. Pasaron los años y Ryland ya con diez años era todo un experto grumete, se conocía al dedillo todas las cosas necesarias para llevar una embarcación. Te sabía hacer cualquier tipo de nudo con los ojos cerrados, dirigir la embarcación, reparar las redes, etcétera.
Adolescencia
Habían pasado 7 años desde que Ryland cayera al mar, contaba ya con 12 años. Era un muchacho muy conocido en Aldara, ya que siempre estaba rondando el puerto y sus alrededores. Habían pasado 5 días desde su cumpleaños cuando jugando por el puerto, se fijo en que habia algo dentro del mar que nunca habia visto antes. Quiza fuere porque ese día habia bajado mucho el nivel del mar debido a la marea. Parecía una torre, sin pensárselo dos veces, intento llegar allí de un salto, pero resbalo y cayo al agua, cuando iba a salir a la superficie se fijo que había un conducto que seguía la torre, así que lo siguió y llego a una cueva subterránea, en ella había cangrejos, murciélagos y alguna araña.
Aventuras en Aldara
Ryland, muy aventurero desde pequeño se adentro a la cueva, llevaba unos 20 minutos en la cueva cuando empezó a escuchar unos ruidos extraños, parecían más bien gruñidos de un animal, Ryland sin miedo se adelanto un poco más y unos metros más adelante se quedo de piedra cuando vio ante él una Hidra más alta que el portalon del castillo de Aldara. Sin tiempo a hacer nada, vio como la hidra iba a por él, así que empezó a correr, pero la hidra era bastante rápida también, se metió en un túnel y Ryland vio que ese túnel no tenia salida, estaba muerto de miedo porque escucho a la hidra entrar en el túnel.
Ryland a la desesperada intento esconderse en un pequeño hueco que vio, cuando se golpe vio que había una madera que hacia de puerta, así que la arranco y se metió dentro tapando detrás de él el hueco, la hidra llego y al no ver a nadie, dio media vuelta y se marcho. Ryland, muerto de miedo, se quedo en el hueco sin moverse y espero a que pasara un tiempo para poder salir de la cueva. Estaba tan cansado, por la persecución que se quedo dormido...
De un brinco se despertó, estaba helado ya que hacia mucho frío, recordó lo que havia soñado, unas extrañas serpientes guardando un portal gigantesco y un rayo cayendo del cielo al accionar una palanca... no sabia que quería decir, pero tenia la sensación que ya había soñado alguna vez con ese portal.
Con gran rapidez y miedo, fue rápidamente al lugar por donde havia entrado pero al girar en un túnel vio la hidra esperándole, Ryland muerto de miedo, empezó a correr para atrás, la hidra detrás de él, empezó a entrar en túneles que no havia entrado antes, y la hidra detrás, no sabia hacia donde iba pero no podía pararse... vio una luz al fondo, parecía la luz del sol. Se dirigió a la luz, pensando en una salida y cuando llego, vio que había una salido, si, pero a 5 metros del suelo, escuchaba la hidra llegar así que rápidamente empezó a trepar. A mitad del ascenso se cayo, era demasiado empinado para poder trepar. Estaba encerrado.
Escuchaba ya llegar a la hidra, cuando de repente vio una cuerda en un rincón, en segundos se fabrico un pequeño arpeo usando como enganche un hueso medio roto que había en el suelo. Lanzo la cuerda hacia el saliente y fallo, mientras recogía la cuerda para un segundo intento, llego la hidra, no había tiempo para mas oportunidades, así que lanzó otra vez la cuerda hacia arriba y por suerte, se enganchó, empezó a trepar por la cuerda justo cuando la hidra se lanzaba hacia él. Cuando llego arriba, aun temblando de miedo, tiro la cuerda hacia abajo y escuchó un último grito. En pocos segundos, todo quedo otra vez en silencio y fue cuando Ryland vio que ese saliente estaba justo al lado del viejo faro, de tal forma que si uno, no se fijaba bien, no se veía. Ese día, fue el primero que Ryland tembló de miedo.
Estaba ansioso de explicar su aventura a sus padres, para que avisaran del peligro que había en las entrañas de Aldara a la guardia de Aldara pero decidió callarse porque pensó que quizás, guardaba un tesoro, y si así era, quería ser el primero en encontrarlo. De camino a casa, todos los vecinos le miraban con caras llenas de tristeza y dolor. —¿Donde has estado?—gritaba más de uno. Cuando llegó a casa, lo entendió todo. Su padre había fallecido durante la búsqueda que habían iniciado para encontrarlo, ya que había pasado toda la noche fuera. Su madre estaba que no podía mantenerse en pie, la rabia y el hecho de sentirse culpable hicieron mella en Ryland. Su madre, durante la noche siguiente le explico todo lo relacionado con él, una vez explicada la verdad, abrió el arcon y le dio los diferentes objetos que había traído con él el día que Roland lo encontró en el mar... Ryland estaba muy sorprendido, pero ese no era momento de explicaciones, tenía que estar con su madre.
Pasaron primero los días, luego semanas y luego meses... El peso del dolor y del saberse culpable indirectamente de su padre no habían desaparecido ni por un momento, ese dolor hacia a Ryland más fuerte pero a la vez, más solitario, se pasaba horas, muchas horas solo, ya que había perdido a la única persona que siempre le había dicho la verdad... o eso creía, porque en ningún momento le dijo que él realmente no era su padre. Los siguientes cumpleaños de Ryland fueron algo tristes debido a lo acontecido en las cercanías de su cumpleaños.
Buscando un empleo
Pasaban los días y el dinero empezaba a faltar en casa, Ryland no podía ir a pescar porque no tenia la edad suficiente ni tenia dinero para comprar una balsa nueva, ya que la de su padre, se había perdido la noche de su muerte, así que hablándolo con su madre, decidió ir a probar suerte a Takome, allí quizás encontraría un trabajo y podría traer dinero a casa. Su madre, apenada con el recuerdo de Roland, le dio su consentimiento y Ryland partió ya con 15 años a Takome, se iba para ayudar a un sobrino del mejor amigo de su padre, Brad el enterrador de Takome. Sabia lo que le esperaba, se iba a pasar la mayoría de los días limpiando el cementerio y la otra mitad, haciendo recados para Brad.
Las primeras semanas fueron muy duras para él, ya que pasaba muchas horas solo en el cementerio y siempre terminaba dándose las culpas de la muerte de su padre. Poco a poco, se fue acostumbrando y como ya sabia hacer mejor sus tareas, cada día cuando las terminaba se iba a dar una vuelta por los alrededores de Takome llegando muchos días al linde sureste del famoso bosque de Thorin.
A medida que pasaban las semanas, un nuevo rumor empezó a circular por Takome, desaparecían cuerpos del cementerio. Ryland no se lo podía creer, él que se pasaba muchas horas allí nunca había visto nada extraño, pero una noche vio como Brad salía de casa pasadas las 2 de la mañana y desde la ventana lo vio dirigirse hacía el cementerio. Ryland espero en la ventana hasta que se durmió.
Esa noche volvió a soñar con la misma puerta y las serpientes de piedra tomando vida para defender el portal ... no sabía donde estaba esa puerta pero cada vez, esa puerta, ese sueño, se hacía más y más real... al día siguiente Brad mostraba mala cara y al preguntarle sobre su estado, este le contesto de muy malas maneras, por lo que Ryland decidido dejar el tema aparcado además que los rumores volvieron a apagarse al igual que salieron, es decir, de un día para otro.
De vuelta a Aldara
Había pasado casi 1 año desde que Ryland había llegado a Takome, desde entonces aún no había vuelto a casa a ver a su madre, así que decidió irse a Aldara a pasar unos días con su madre y celebrar su cumpleaños. Fueron unos días muy bonitos, su madre estaba mas vieja pero aun tenia esa sonrisa que hacia que Ryland se sintiera querido. Hablaron de muchas cosas durante su estancia, Ryland además le dio todos sus ahorros a su madre, para que no le faltara de nada. La noche antes de irse, Ryland y su madre, hablaron de su futuro, su madre no quería que se quedase de por vida de ayudante del enterrador y en unos años, que él fuera el enterrador... Pero Ryland no le dejo terminar, Ryland ya lo tenía decidido, quería ser formado caballero y para ello tenia que entrar en la Santa Cruzada de Eralie. En un principio su madre no lo entendió, pero al cabo de unos segundos de sorpresa, tuvo que aceptar que la sangre que corría por las venas de Ryland no era sangre de pescador... Ryland era un muchacho valiente, fuerte y decidido. Cuando a Ryland se le ponía algo entre ceja y ceja, no cedía en su empeño hasta conseguirlo. Ella sabia que esa parte de Ryland le venia de su sangre pero también sabia que Ryland era una persona bondadosa y leal, cosas que le recordaban a Roland, su marido, la persona mas bondadosa que jamás conoció.
Con dos besos y un buen puñado de pan en la bolsa de viaje, Ryland emprendió el viaje de vuelta a Takome para inscribirse en la cruzada y empezar su aprendizaje en el arte de la espada.
Ingreso en la Cruzada
Su entrada en la cruzada fue bastante seguida de cerca, era un muchacho con gran talento en el parte de la espada y del martillo, tenía muchas de las cualidades que se busca en un gran líder. Como Ryland se pasaba todas las mañanas entrenándose, por las tardes se dedicaba a sus largos paseos por el bosque, algunas tardes iba de caza a por algún jabalí, ya que los vendía en la taberna a cambio de poder dormir en una de las habitaciones, ya que desde que decidió incorporarse a la cruzada, Brad le había echado de su casa en Nimbor porque se sentía traicionado por Ryland... Ryland en el fondo sabía que Brad le había cogido cariño y para Brad, había sido duro ver como Ryland le dejaba por esos engreídos de Takome (Brad nombraba así a los nobles de Takome).
Era una soleada tarde de verano en la gran ciudad de Takome, cuando Ryland decidió ir a cazar al gran bosque de Thorin, Después de más de dos horas siguiendo el rastro de un jabalí, lo vio allí quieto, comiendo tranquilamente cerca de un claro, alzo su arco, apunto a la cabeza del jabalí, cuando...
—¡Detente! —alguien gritó.
Ryland, raudo como el viento giro la cabeza apuntando con el arco hacia la dirección de donde provenía la voz, pero allí no havia nada ni nadie.
—¿Quién hay? —gritó Ryland, pero nadie contesto.
Se giro sobre si mismo, mirando hacia el lado opuesto a donde escucho el grito y tampoco pude ver nada de nada, intrigado por la situación, se quedo un tiempo quieto escuchando el entorno y empezó a distinguir los diferentes sonidos que ofrecía el bosque y entonces se fijo en los diferentes árboles que envolvían ese claro, parecían muy antiguos y todos ellos tenían representados en sus cortezas diferentes símbolos druídicos, fue entonces cuando lo comprendió. Se levanto, hizo una leve reverencia al bosque y se marcho, dejando al jabalí comiendo tranquilamente.
Juventud
Y paso otro año más, Ryland ya era un apuesto joven de 19 años y además, dado que vivía en la taberna de Takome pocas noches pasaban sin que Ryland no cenara en la taberna con la compañía, cada vez más a menudo, de alguna que otra muchacha de Takome, muchas de las cuales pasaban la noche en su alcoba.
Una mañana hablando con Gwalcmai, este le explico la historia de una famosa arma muy poderosa, un arma con la que se podría luchar de forma más efectiva con los que volvieron de la muerte en cuerpo pero sin alma, el no-muerto. La única pista que le dio, fue que hace muchos años, se perdió por el norte de Takome, más o menos, por las cercanías de las minas de plata de Takome, famosas por la calidad de sus minerales y sus peligros.
En las minas de plata
Ryland paso casi dos semanas en encontrar la entrada a una extraña cueva, le costo mucho porque la pared estaba muy bien disimulada con la pared de las minas, parecía que habían perdido mucho tiempo en intentar tapar muy bien la entrada a las extrañas ruinas. Una vez dentro, tuvo que luchar con varios no-muertos, se fue abriendo camino hasta llegar a una habitación con una puerta de gran tamaño, cuando empezó a abrirla una extraña corriente de aire frío salio de detrás de la puerta y al abrirla del todo, un gran cono de hielo le paso justo por encima de la cabeza, Ryland miro más allá y ante él vio un poderoso Lich preparándose para lanzarle otro peligroso hechizo, Ryland tuvo que esforzarse al máximo para poder acabar con el Lich, varias veces estuvo a punto de perecer pero su escudo de la verdad le había salvado la vida, ya que había rechazado algunos de los hechizos dirigidos al cuerpo de Ryland, Ryland con la ayuda de Eralie consiguió dar el golpe de gracia al Lich y cuando éste cayó al suelo, dejo caer también un extraño martillo, Ryland lo recogido y al empuñarlo, una extraña aura le rodeo el brazo... sin soltarlo ni un momento, volvió sobre sus pasos y fue corriendo a hablar con Gwalcmai, este sin casi creérselo le contó que ese era el martillo del redentor, la famosa arma tantos años escondida. Le parecía casi increíble que Ryland, un muchacho de 19 años hubiera salido victorioso de tal aventura, así que a partir de entonces, muchos caballeros empezaron a fijarse más en aquel extraño muchacho que había entrada en la cruzada haría ya, más de dos años. Ryland estaba en un momento dulce, era un gran experto en el uso de la espada y del martillo, siempre acompañado por un buen escudo, todo le parecía que iba de cara hasta que un día recibió una carta de Aldara. Era Runiiela, la vecina de su madre, en ella explicaba que su madre había caído muy enferma y que en sueños, gritaba su nombre y el de su padre. Ryland entre lagrimas, partió enseguida hacia Aldara, cuando llego a su casa, encontró en donde antes había una mirada de una persona que quería vivir, a una persona sin fuerzas para seguir viviendo, la enfermedad la estaba consumiendo, por no decir, que ya la había consumido casi por completo, Ryland no pudo despedirse como hubiera querido de su madre, ya que la noche que llego Ryland a casa, su madre falleció, sin que la enfermedad, permitiera a madre e hijo poder despedirse. Ryland triste por la muerte de su madre, llevo los tramites para enterrar a su madre junto a su padre y dejo la casa a cargo de su vecina, una mujer mucho más joven que su madre que seria la encargada de cuidar de la casa mientras Ryland decidiera que hacer con ella. Pasados unos días, decidió que ya estaba preparado para volver a Takome y seguir con su formación de caballero, con una última mirada hacia la casa donde creció volvió a irse de Aldara, esta vez sin embargo, sabía que iba a tardar mucho tiempo en volver.
Encuentro y aventuras con Sebet
Pasaron los meses y Ryland seguía con su entrenamiento diario y sus pequeñas aventuras amorosas, se acercaba el día de su 20 cumpleaños, cuando una noche mientras pasaba unas horas de descanso en la taberna de Takome, mucha gente allí estaba ya que pocos se atrevían a salir de noche, más desde que hace unos meses, se habían vuelto a escuchar los rumores de años atrás referente a las desapariciones de los cuerpos de los muertos en el cementerio, Ryland ya casi lo había olvidado, pero para el, esos rumores eran rumores o almenas así lo creyó cuando el trabaja con Brad en el cementerio. Estaba allí tomando una copa de hidromiel mientras trataba de desconectar un poco mientras escuchaba las canciones de una joven barda llegada a Takome, algo paso que hizo que se estremeciera, en mitad del canto en honor a Dvneil, Ryland tomo su cinto y se encamino a la gran muralla que rodea Takome, cerca de la puerta sur. Desde lo alto de las colmenas, pudo ver la figura de un hombre con una antorcha, gritando como un loco, le pareció ver, por su forma de moverse, que era Brad, el enterrador de Takome. Gritaba, gritaba y no parada de gritar. Ryland decidió bajar a ver que ocurría.
—Que sucede Brad?
—Ryland... hijo..., él me obliga a hacerlo.
—El que, ¡responde! ¿Quien te obliga a hacer que?
—Él, el mago tenebroso, me obliga a darle cuerpos sin vida para usar sus dotes necrománticas.
Una vez, Ryland escucho todo el relato, lo entendió todo, las desapariciones eran por culpa de un ser tenebroso, él era el culpable de todo, Brad por miedo se havia puesto a su servicio, pero ahora iba a terminar todo. Brad le explico donde dejaba los cuerpos y le entrego la llave de las antiguas catacumbas para poder ir a su encuentro y acabar con él.
Ryland partió hacia el cementerio y después de encontrar la entrada a las catacumbas, descubrió la forma de entrar, ya que la entrada havia estado escondida para evitar saqueos y curiosos.
Cuando estaba abriendo la puerta cuando notó una extraña presencia detrás de él, en un momento, Ryland alzo su espada en dirección a la presencia:
—Por Eralie, ¿quién anda ahí?
—Grgrgrgr
—¡Quién o qué eres! ¡Contesta!— Vio unos ojos brillar en la oscuridad...
Una gota de sudor bajaba por la frente de Ryland, estaba nervioso.
—Tranquilo, Ryland. —dijo una voz.
—¿Quien sois? ¡No os escondáis más! Ante Ryland apareció un hombre susurrando ...
—¡Hola! Mi nombre es Sebet, soy miembro del gremio de druidas de Thorin y estoy aquí para ayudarte, no para luchar contra ti, así que, por favor, baja tu arma, Singla, un avatar del bosque de Thorin, no te hará nada, ya que solo obedece mis ordenes.
Si mas dilación y después de dudar unos segundos, Ryland le explico todo a Sebet, por lo visto, Sebet ya havia notado hace unas semanas una presencia maligna en Takome. solo que no sabia muy bien donde se escondía. Sin perder un momento, ambos se dirigieron hacia las catacumbas de Takome, por el camino le comento a Ryland que fue él, quien le grito que se detuviera en el claro, él fue quien le observaba desde un árbol y también le contó, que siguió a Brad a las murallas, ya que antes, havia estado rondando por todo el bosque y así fue como llego al cementerio. Poco a poco, avanzaron por las oscuras y olvidadas catacumbas de Takome, hasta que hartos de dar vueltas, por pura casualidad, descubrieron un pasadizo secreto que les condujo a la entrada de un enorme edificio donde se encontraron a una bella mujer.
Con un poco de precaución hablaron con la mujer, que dijo llamarse Ayla y era la antigua maga de la torre. En ese momento, Ryland recordó algo que havia escuchado durante la noche en la taberna de Takome, la joven barda havia cantado una historia sobre una antigua torre y su señora .. Ayla. Ryland nunca pensó que pudiera ser tan real esa historia. Mientras Ryland y Sebet hablaban con Ayla, Sebet mandó a Singla vigilar la entrada, por si venia algún zombi, ya que habían luchado con varios por el camino, y eran nidos de enfermedades.
Una vez Ayla, les explico toda la historia de la torre y el mal que ahora se encontraba en ella, decidieron ir en su busca y eliminarlo. Ayla, por miedo, no pudo más que llorar y quedarse en la entrada de la torre, que era un observatorio. La búsqueda fue dura, pero después de unas horas investigando, lograron encontrar la forma de subir a lo alto de la torre y ver la cara del mago necromante que se encontraba allí alimentándose de almas de antiguos ciudadanos de Takome.
Cuando entraron en lo alto de la torre, la primera visión fue escalofriante, decenas de cuerpos tirados en el suelo que empezaron a tomar vida. La lucha fue corta, debido a la fragilidad de los seres en frente al poder de Ryland y Sebet, detrás de los cuerpos vivientes, les esperaba el mago tenebroso, fue una lucha dura, peligrosa y finalmente victoriosa, gracias a los poderes curativos de Sebet y la fuerza de las embestidas de Ryland, el mago tenebroso acabo perdiendo un combate inicialmente ventajoso para el, pues los seguía desde su entrada en la torre. Cuando hubieron terminado con el, hablaron con Ayla, la cual les agradeció todo lo hecho.
Con algún que otro rasguño, se dirigieron otra vez hacia Takome, felices por haber eliminado al mago tenebroso y tranquilos, ya que la paz volvía a los ciudadanos de Takome, ya a las puertas de Takome, les salio a recibir Rahvin, el comandante de Takome, Brad lo havia explicado todo, que les dio las gracias al enterarse que habían terminado con el mal que acechaba Takome y les comunico que Elder los esperaba...
Tras unas palabras con Elder I, el Rey de Takome, este proclamo a Ryland como caballero y le hizo entrega de la espada Inspiración, conocida espada solo destinada a los mejores caballeros de Takome que hicieran algún acto heroico. La ceremonia se celebró delante de todos los ciudadanos de Takome, en la transitada y famosa Plaza de la Justicia de Takome. En el momento de coger con sus manos la espada, a Ryland se sobrevino una duda, le pareció muy familiar... ¡La espada partida en dos que le entregaron sus padres! Hacia tiempo que no miraba esos objetos pero estaba seguro que la espada partida en dos era igual que la que recibido de manos de Elder I. No había tiempo para pensar en eso ahora mismo, ya que la Suprema de Takome, los invitó a participar en una gran cena para celebrar el fin del mal que estaba acechando Takome.
Sebet y Ryland empezaron entonces a pasar más horas juntos, Sebet dado su gran sabiduría estaba instruyendo a Ryland en algo que no se enseñaba en la cruzada de Eralie, le quería mostrar que había mucho que aprender y descubrir en las palabras y en las antiguas runas.
Juventud
Ryland muy unido a Sebet, había ido de viaje con él a Naggrung, una isla muy al norte de Takome, habían ido allí porque existía un bosque maldito que según se decía solo un gran druida con gran poder podía salvar, y así fue como Sebet pudo salvar el bosque cumpliendo un extraño ritual que dio protección al bosque durante unos años más, pero que se tendría que ir repitiendo dada la maldad que vivía en esa isla. Durante su ausencia pasaron cosas horribles en Takome que a su llegada, les sobrevinieron de golpe.
Llegaron de la isla a Aldara, y ya allí vieron que la gente estaba muy reservada y con mucho miedo, el presentimiento de algo malo hizo que corrieran hacia Takome, y solo entrar en Takome un aire de tristeza les lleno sus corazones, la gente iba y venia sin levantar la vista, todas las ventanas estaban cerradas, algo había pasado... fueron raudos al sitio donde mejor podían informales y fue en la taberna, en donde se enteraron de todo lo que había pasado, el gran rey Elder I había sido asesinado en sus propios aposentos y después de unas luchas internas entre la cruzada y los nobles de Takome, una joven reina Priis I había sido elegida reina de Takome. Ryland en ese momento se entero que tenia el honor de ser hasta el momento, el más joven en ser nombrado caballero y a su vez, el último caballero que nombró Elder. Habían pasado unas semanas y aun no se sabia nada de los asesinos de Elder, por eso, aunque Takome estaba recuperando la normalidad una extraña nube negra tapaba los sueños e ilusiones de la gente.
Una noche, cuando Ryland dormía profundamente, el sueño de las serpientes volvió a salir a la luz, pero esa noche, el sueño fue mucho mas real, Ryland estaba en frente del portal de las serpientes de piedra, en una mano tenia la espada Inspiración y en la otra no tenía su amado escudo, tenía un extraño medallón... un medallón que ya conocía, además, pudo escuchar sonidos muy extraños detrás de la puerta, pero al intentar abrirla, las serpientes se habían vuelto de carne y le habían atacado, en ese momento Ryland se despertó dando un grito. Era muy extraño, tanto, que decidido por fin, explicar estos sueños a su gran amigo Sebet. A la mañana siguiente del sueño, Ryland cogió el medallón del arcón donde tenia sus objetos personales y entregándoselo a Sebet, le contó los sueños que más o menos, se habían ido repitiendo desde que era bien pequeño, le contó lo poco que siempre salía, un oscuro túnel, unas cobras de piedra que vigilaban una gran puerta, silbidos detrás de la puerta y termino explicando lo que había soñado esa ultima vez.
En ese momento, Sebet no pudo ocultar una alegría inmensa; Sebet cogió el medallón y pausadamente, le dijo que ya sabia que ponía en ese medallón, Ryland sorprendido, le pregunto que como podía saberlo si nunca se lo había enseñado y Sebet se dispuso a explicarle el porque lo sabia.
Fue un día de muchas sorpresas por parte de Ryland, pasaron toda el día hablando sobre su vida. Sebet le contó que él fue quien lo dejo a cargo de Roland, el día que lo encontró, a la vez que le dijo, que hasta ese momento, no sabía que era él, aquel niño que hacia casi 20 años había dejado a cargo de un simple pescador. Fue Sebet convertido en cocodrilo quien al formular el hechizo luz, salio a flote y dejo flotando el cesto con Ryland dentro de él. Había sido él, quien había dejado ese medallón en el cesto, había sido él quien lo había preparado todo, para que Ryland creciera sin ningún peligro. ¿De que peligros hablaba? Ryland estaba recibiendo mucha información de golpe, pero a su vez, Sebet nunca le respondía una pregunta, quien eran sus padres. La única respuesta que le llego de Sebet a eso, fue que eso, era su tarea averiguarlo y que en ese momento tenían que ir a esa puerta que tanto y tanto había soñado, Ryland no sabia donde era y Sebet, con otra sonrisa le dijo... para eso he estado buscándote tantos años, yo sé donde buscar. Ryland no entendía nada de nada, pero el hecho de confiar en Sebet hizo que sin dudarlo un momento lo siguiera. Al día siguiente irían al portal con que Ryland tanto había soñado.
Batalla contra los yuan-ti
Por el camino, saliendo de Takome, Sebet le explico que existía en Orgoth una cueva en donde vivían una especia de reptiles con poderes mágicos, los cuales tenían en su poder un escudo muy poderoso, que había pertenecido a su padre pero que al morir, el escudo había vuelto mediante magia al lugar de donde salió. No seria fácil tarea conseguirlo, pero Sebet una vez más, con el extraño medallón colgando de su mano dijo: —Teniendo esto, todo es más fácil. Por el camino Sebet le explico, que ya sabia como conseguir el escudo, que había estado estudiando la forma de conseguirlo pero que faltaba alguien con la fuerza y carisma suficiente para poder usarlo y ese alguien, ahora sí que existía, era Ryland.
El camino no fue fácil, tuvieron que abrir la entrada a la cueva, ahora taponada por muchas piedras, y una vez dentro de unas extrañas ruinas, Sebet le contó, que esas ruinas fueron en su día, un gremio de poderosos magos guerreros, tuvieron que salvar varias trampas y encontrar un pasadizo secreto que les llevo como a un extraño túnel que iba a las profundidades de la tierra.
Ataron una cuerda y empezaron a bajar, una vez abajo, Ryland sabia donde estaba, esa imagen ya la había visto más de una vez, estaba en el inicio del extraño túnel que conducía a la puertas de las serpientes. En ese instante vio cerca de la pared una palanca que por suerte para él, ya conocía lo que provocaba mover esa palanca, era una trampa para intrusos. Dieron unos pocos pasos hacia dentro del túnel y en un momento, salieron de la oscuridad a la luz de una sala en donde solo había una gran puerta con una extraña inscripción y dos serpientes de piedra guardando el portal.
Sebet le explico que esas cobras vigilaban la entrada de las cuevas de los yuantis, y que si bien era fuertes, muy fuertes, entre los dos no tendrían mucho problema, ya que además de ellos dos, tenían a singla, el avatar de los bosques que siempre protegía a Sebet. Fue una dura pelea la que tuvieron con las serpientes pero ese día, las serpientes no tenían nada que hacer, ya que Ryland y Sebet, encomendados a Eralie eran una fuerza imparable para ellas, así que primero una y luego la otra, murieron bajo el poder de Eralie.
Una vez muertas las cobras, abrieron el portal y para asombro de Ryland, unos extraños hombres-lagarto estaban ahí esperándolos, fueron momentos de mucha tensión, donde Sebet y Ryland lucharon espalda con espalda, ya que eran más que ellos, aún así y gracias a la pericia de ambos, todos murieron. Estaban en una habitación sin más salidas aparentes que la puerta por donde habían entrado y un pequeño pasillo que no conducía a ningún sitio, era más una sala de guardia. Sebet estaba mirando la pared de más oeste.
—Ryland, ¿alguna vez has leído las caras del medallón? —Le pregunto Sebet.
—No. Eran unos símbolos muy extraños y no entendí nunca nada. —contesto Ryland.
—Puess ahora toca usar el medallón. —terció Sebet
Sebet mirando un medallón del cuerpo de uno de los hombres-serpiente, empezó a pulsar las runas que había en la pared y cuando hubo terminado de pulsarlas, una puerta se abrió ante ellos. Ese medallón contenía las pistas para abrir ese portal. Una vez cruzaron la puerta, tuvieron que salvar varias acometidas de varias patrullas de hombres-serpientes, pero poco a poco Ryland y Sebet fueron avanzando hasta llegar a la que según Sebet era el lugar donde escondían tan preciado tesoro. Sebet entrego a Ryland el medallón y después de varios intentos, Ryland pudo activar un extraño mecanismo que hizo que saliera ante ellos un reluciente escudo, el famoso Escudo Templanza.
Cuando Ryland asió el Escudo Templanza, aparecieron varia decenas de reptiles disparando todo tipo de hechizos contra los dos amigos, Sebet y Ryland tuvieron que sobreponerse a la alegría de tener en sus manos el escudo y luchar por salir vivos de allí, fue una dura pelea pero después de cargar varias veces contra ellos Ryland y singla usar sus garras contra ellos con ayuda de los hechizos curadores de Sebet, pudieron abrir una brecha entre las líneas y emprender la huida, ya que parecida por los extraños sonidos, que estaban llegando refuerzos, así que corrieron hacia la salida tan rápido como pudieron, subieron por la cuerda y una vez arriba la cortaron para que no pudieran seguirlos.
Ryland estaba muy contento, al salir al bosque de Orgoth otra vez, volvió a coger el escudo, lo elevo y vio como una extraña aura envolvía todo el escudo y a la vez, a todo él. —¿Que poderes tiene el escudo? —preguntó a Sebet.
Sebet con el rostro cansado por los últimos acontecimientos, contesto: —Eso y muchas cosas más, es tu deber descubrirlas, yo te he ayudado a conseguir una llave, que quizás en un futuro sabrás que puerta abre. De momento tu misión es ayudar a los más débiles, a los que no pueden o no quieren entender la grandeza de Eralie, tu eres una persona fuerte y con mucho valor, es por eso que debes aprovechar tu don y en estos momentos, en que la fe y el poder de Eralie sobre los pueblos ha bajado, promulgar su fe y liberar si está en tu mano, a los seres de la maldad y el odio en que esta sumido Eirea. En este momento, nuestros caminos deben separarse una temporada, tu tienes una misión que cumplir y yo otra distinta, nuestros caminos se volverán a encontrar, eso seguro, pero de momento, debes partir.
Y así fue como Ryland ya con 23 años dejo una Takome sumida en guerras internas entre la cruzada y los nobles, y se enfrasco en una cruzada personal para encontrar respuestas sobre su vida y Eralie, una vida que si bien aun era corta, había estado hasta el momento intensa, muy intensa.